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Por Diego Grau | Director de GM’s 

DG - El que se calienta pierde

Son buenas las emociones en el ámbito laboral, y en cualquier ámbito en general. Siempre y cuando sean emociones productivas, que permitan mantener una actitud de optimismo y cumplir los objetivos que nos hemos planteado.

Las emociones no productivas, descontroladas, irracionales, pueden llevar a situaciones que empañen la visión, distorsionen el juicio y conduzcan al resentimiento.

La Inteligencia emocional nos dice que es función del hemisferio izquierdo racional del cerebro, el poder controlar las emociones. En las organizaciones los conflictos son parte del trabajo. Diferencias de opiniones, acusaciones, momentos de extrema tensión, pueden hacer que “uno se caliente”, pierda profesionalismo, y en definitiva, torne en inmanejable una situación. El conflicto no sólo no se resuelve, sino que las pequeñas chispas iniciales se transforman en incendios.

El manejo emocional tiene que ver (según Kenneth Law) con cuatro conceptos básicos, entre uno y los otros:

  • Valoración y expresión de las emociones propias. (Saber expresarse con corrección).
  • Valoración y reconocimiento de las emociones de los otros. (Ser perceptivo, empático y sensible).
  • Regulación de las propias emociones. (No calentarse, controlar el estrés).
  • Uso de las propias emociones para facilitar el desempeño. (Direccionar las emociones propias en forma constructiva y evitar actos o dichos de los que luego nos podamos arrepentir).

Si se produce una situación de extrema tensión en el trabajo, lo mejor es siempre tomarse un tiempo para enfriarse antes de tratar de resolver las cosas. Si se actúa en caliente, lo usual es que luego uno se arrepiente, no puede retirar lo hecho, y se hace historia difícil de olvidar.

Ser consciente de la importancia de “no calentarse” pasa por:

  • Conocerse a sí mismo: Saber cómo queremos actuar, y moderar nuestro comportamiento.
  • Aceptar las emociones propias. Reconocer las formas de reacción ante las circunstancias. Conocer qué emociones nos motivan y qué emociones nos pueden descontrolar.
  • Mejorar el lenguaje y las expresiones. Y aprender a interpretar y respetar el lenguaje y expresiones de los demás.

En una situación entre dos personas, “una respuesta blanda quiebra la ira; una contestación dura excita el furor” (dijo Salomon).

diego.grau@managersgroup.com